FIRME CIMIENTO

LA BARBA DE JESÚS FUE ARRANCADA

“Di mi cuerpo a los heridores, y mis mejillas a los que me mesaban la barba; no escondí mi rostro de injurias y de esputos.” (Isaías 50:6)

Los maestros judíos (Rabinos) acostumbran dejar crecer sus barbas, pues era símbolo de autoridad, dignidad y respeto.

En tiempos del rey David, sus siervos dignificaban el oficio dejando crecer sus barbas. Cortarlas o que se las cortasen era, por lo tanto, señal de humillación y vergüenza, como aconteció a los siervos que él envió al rey Hanún y este los humilló:

“Entonces Hanún tomó los siervos de David, les rapó la mitad de la barba, les cortó los vestidos por la mitad hasta las nalgas, y los despidió. Cuando se le hizo saber esto a David, envió a encontrarles, porque ellos estaban en extremo avergonzados; y el rey mandó que les dijeran: Quedaos en Jericó hasta que os vuelva a nacer la barba, y entonces volved.” (2 Samuel 10:4-5)

Cuando algún hombre judío se quitaba la barba, eso podía siginificar dolor profundo, luto o pesar del alma. Esdras arrancó el pelo de su barba en señal de angustia, dolor y luto por el pecado del pueblo de Israel:

“Cuando oí esto, rasgué mi vestido y mi manto, y arranqué pelo de mi cabeza y de mi barba, y me senté angustiado en extremo” (Esdras 9:3)

En Isaías 50:6 se profetiza que el cuerpo del Señor Jesús sería herido. Tambíen anuncia que no escondería su cara para escuchar los insultos y así mismo nos dice que le lanzarían saliba al rostro. En la version Reina-Valera 1960 se utilizan dos verbos castellanos: “injurias” y “esputos”, los que quizás muchos de los lectores no comprendan con precisión a lo que se refieren.

Una “injuria” es aquella palabra que es dicha para denigrar la estimación de una persona.

Las injurias son palabras que que se dicen para avergonzar o ensuciar el buen nombre de una persona y hacerle ver como alguien que no merece ninguna consideración ni estima de los demás.

Los “esputos” son expulsiones de saliva que salen de la boca, frecuentemente en forma de gargajo.

Isaías 50:6 profetiza que Jesús sufriría tanto injurias y esputos en su rostro.

Respecto a la barba de Jesús, Isaías 50:6 también nos dice que Jesús daría sus mejillas (voluntariamente) a los que le “mesaban” la barba. Esa palabra empleada en la traducción Reina-Valera 1960 también pudiera ser poco conocida por el lector moderno.

“Mesar” es un verbo que se refiere a la acción de arrancar el cabello o la barba con las manos, o tirar con fuerza de ellos.

No solo era una vergüenza que nuestro Maestro (Rabí) fuera humillado al arrancarle su barba, sino que el cabello de la barba fue quitado de sus preciosas mejillas a tirones, por la fuerza, con las viles manos de sus verdugos.

Por todo lo que sufrió nuestro Señor, podemos decir: “El que no amare al Señor Jesucristo, sea anatema” (1 Corintios 16:22)

Pastor Marvin Brenes
Firme Cimiento

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